Según los datos de la OMS, estadísticamente hablando, los bebés de entre 0 y 3 meses duermen entre 14 y 20 horas al día, y lo hacen en forma de pequeñas siestas a lo largo de las 24 horas.
Habla la OMS de los peligros de dormir horas seguidas durante la noche, sobre todo en los más pequeños, por el riesgo de sufrir hipoglucemia, es decir malnutrición por no lactar al estar dormidos mucho tiempo.
Esto significa que los niños deben lactar muchas veces, dormirán un tiempo para despertarse de nuevo a mamar.
En general, los organismo serios no recomiendan que los niños duerman más por la noche, sino más bien al contrario, que se respeten sus ciclos. La razón es sencilla: el tiempo de sueño depende del semestre del año de vida, coincidirán la mayoría de sus siestas de noche o de día. Los ciclos circadianos se establecen más tarde.
Pero entonces, ¿cuántas horas debe dormir para estar bien? Sabemos que ha dormido lo suficiente porque está bien, se encuentra bien y su desarrollo es bueno; sin más.
A partir de los 4 meses, y hasta los 7, el sueño de los bebés se va adaptando, se va haciendo cíclico. Habrá días que duerma más y días que duerma menos. En general, aumentan los despertares nocturnos, y se va definiendo el sueño nocturno.
Entre los 8 meses y los 2 años se va definiendo el sueño adulto, reduciéndose poco a poco los despertares nocturnos y ganando el sueño por la noche al diurno (repitamos una vez más, que el sueño es cultural). Pasarán a dormir entre 8 y 12 horas (y tan normal es el niño que duerme 8 como el que duerme 12, sigue siendo una cuestión estadística) y cerrarán totalmente su ciclo hacia los 6 años.
La lactancia brinda al bebé hormonas, que luego su cuerpo segregará sólo, que ayuda que esto ocurra de ahí la importancia de proveerlo de ella, aunque aveces incomode por las horas a las que la solicite, negárselo es negarle herramientas para un futuro.
Y las horas, pues igual que nosotros: los hay duermen más, los hay que duermen menos...
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