martes, 26 de marzo de 2013

Bebé Prematuro


Cuando un bebé llega al mundo de manera prematura, se genera alrededor una gran mezcla de sentimientos difíciles. Miedo, incertidumbre, negación, shock, angustia son algunas de las sensaciones que atraviesan las familias en esta situación. Como madres, la separación de nuestro bebé recién nacido es muy fuerte y dolorosa, si bien sabemos que lo estamos poniendo en manos de quienes podrán cuidarlo y asistirlo mientras necesite ayuda hasta poder estabilizar sus funciones vitales básicas, como la respiración, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y la posibilidad de succionar del pecho materno para alimentarse.

Pero incluso en bebés que por su inmadurez aún no pueden ser amamantados, es preciso saber que los padres podemos estar muy cerca de nuestros pequeños y hacer mucho por ellos para que se recuperen, poniendo en práctica lo que se conoce como el Método Madre Canguro. Este es un método de cuidado de bebés prematuros que parte de la base de colocar al niño en contacto piel con piel con su mamá (o eventualmente su papá) el mayor tiempo diario posible. La esencia de este método es devolverle al bebé el tiempo que le faltó dentro de la panza de mamá, pero de manera externa, reproduciendo lo mejor posible las condiciones intrauterinas.

Una vez que el bebé es capaz de regular en forma estable algunas constantes como la frecuencia respiratoria sin asistencia, este método puede emplearse casi sin restricciones. Si bien no hay aún demasiadas investigaciones al respecto, se ha observado que los bebés con quienes se utiliza este método lloran menos y pueden utilizar esa energía para crecer, lo cual favorece su más pronta recuperación y, en consecuencia, su regreso a casa donde, según el caso y con el seguimiento apropiado, se puede continuar utilizando los cuidados madre canguro.

La Organización Mundial de la Salud ha desarrollado documentos muy serios sobre el tema y trabaja en la difusión y capacitación de instituciones médicas sobre la aplicación de este método, de modo que cada vez más madres y padres que tienen a sus bebés en las unidades de cuidado neonatal puedan participar activamente de la atención y la recuperación de sus hijos de la mano de esta práctica.
Se ha demostrado que este método equivale, cuando menos, a la atención convencional en incubadora en lo que respecta a seguridad y protección térmica del bebé, además de contribuir a la humanización de la atención neonatal, potenciando los vínculos afectivos entre madre e hijo.

Los padres que han experimentado este método han expresado una gran sensación de tranquilidad y bienestar al sentir que están siendo útiles en el cuidado de sus delicados bebés, y esto repercute sin dudas en una mayor confianza y autoestima, en un momento en el que como familia se sienten sumamente vulnerables. El método se inicia progresivamente con sesiones que idealmente no deberían ser menores a 60 minutos (un tiempo inferior representa cambiar las condiciones del bebé de la incubadora al pecho de su mamá y luego nuevamente a la incubadora demasiado rápido y esto produce mucho estrés en un prematuro), y en las instituciones donde las madres pueden alojarse y permanecer las 24 horas junto a sus bebés, se llega a un contacto casi ininterrumpido entre el bebé y su mamá, dado que puede continuarse incluso mientras la madre duerme o hace algunas tareas.

Vale aclarar que el Método Madre Canguro es también una excelente forma de vincularse con un bebé de término en perfecto estado de salud, ya que ese contacto estrecho cuerpo a cuerpo cubre las necesidades de cualquier bebé en lo que respecta a regulación de la temperatura corporal, lactancia materna, protección frente a infecciones, estimulación, seguridad, apego y amor.

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