La placenta es el órgano a través del cual el bebé obtiene el alimento y el oxigeno que necesita para vivir y crecer en el útero. Su labor es fundamental pero las mujeres no sabemos demasiado de ella. Unos apuntes sencillos para ilustrar como es y cómo funciona:
- Se
desarrolla de las mismas células provenientes del espermatozoide y el
óvulo que dieron lugar al feto. Comienza a formarse en la segunda
semana, y evoluciona hasta el tercer-cuarto mes, cuando ya está totalmente
formada y diferenciada.
- Existen
distintos tipos de placenta entre los mamíferos, pero la humana es de tipo
hemocorial (o discoidal), lo que quiere decir que el tejido fetal penetra
el endometrio hasta el punto de estar en contacto con la
sangre materna. Se trata de un órgano compartido, es tanto de la
madre como del bebé y a través de él circulan partículas de ambos en ambas
direcciones. Sirve de filtro pero hay sustancias que consiguen penetrar en
la placenta como por ejemplo las drogas, por eso muchos medicamentos están
prohibidos en el embarazo. Este tipo de placenta es el modelo más exitoso
para hacer frente al elevado coste energético que implica el desarrollo
del cerebro fetal.
- Tiene
forma de galleta redonda y aplastada, es mucho más fina que otros tipos de
placenta, puesto que sólo tiene tres capas (sincitiotrofoblasto,
conjuntivo y endotelio vascular fetal). La membrana placentaria va
perdiendo grosor con el curso del embarazo y se va haciendo, más propensa
a los intercambios.
- El
tipo de placenta y el grosor de la membrana o barrera placentaria están
muy relacionadas con el paso de sustancias de la madre al feto, así,
existe una clara relación, inversamente proporcional al grosor de la
placenta, en el paso transplacentario de ciertas sustancias. La madre
proporciona al feto oxígeno, agua y principios inmediatos; y el feto
cede a la madre el dióxido de carbono procedente de la respiración, y
otros metabolitos (por ejemplo, la urea). Pero también se ha
descubierto recientemente que células madre del embrión pasan a través de
ella al torrente sanguíneo de la mujer lo que tiene un efecto
rejuvenecedor pues debido a su origen fetal poseen una gran capacidad
regenerativa.
- La
placenta suele ubicarse en la parte superior del útero. Sólo entre las
semanas 16 a la 20 puede establecerse si su ubicación es anormalmente baja
o no, de ser así se la denominaría placenta de inserción baja.
- La placenta
previa indica la relación de la posición de la placenta con el
orificio interno del cuello uterino y una zona llamada segmento uterino
inferior, y este último no inicia su formación hasta la semana 28, por lo
que no se puede establecer esa relación antes de dicha semana. Antes de
esa fecha es imposible determinar si es una placenta previa. El 80 % de
las placentas de inserción baja al final de la gestación no serán
placentas previas, debido a la "migración placentaria", que es
el desplazamiento de la placenta a la porción superior del útero por la
elongación del segmento uterino inferior que de una longitud de 0,5 cm en
la semana 20 pasa a más de 5 cms al final de la gestación. El tratamiento
suele ser expectante hasta el desarrollo fetal, la indicación es la
realización de una cesárea programada, incluso en la placenta previa
periférica, a pesar de ser compatible con un parto vaginal para evitar
posibles complicaciones.
- Otro
tipo de placenta es la placenta accreta que penetra
excesivamente en la pared uterina y que se encuentra muy adherida a ella.
De la misma manera, la placenta increta y percreta son placentas que
penetran aun más en el músculo uterino o en la pared uterina y que, a
veces, se extienden a estructuras próximas como la vejiga. En estos
trastornos, la placenta no se separa totalmente del útero como debería
hacerlo cuando la mujer da a luz al bebé, lo cual puede producir una
hemorragia peligrosa después del parto vaginal. Por lo general, la
placenta debe extirparse quirúrgicamente para detener la hemorragia y, con
frecuencia, es necesario realizar una histerectomía (extirpación del
útero). Cuando se diagnostica placenta accreta antes del nacimiento, suele
realizarse un parto por cesárea seguido inmediatamente por una
histerectomía para reducir la pérdida hemorrágica y otras complicaciones
en la madre. En algunos casos, puede recurrirse a otros procedimientos
quirúrgicos para salvar el útero.
- La
placenta además segrega sus propias sustancias para crear el mejor entorno
para el feto hasta que esté listo para nacer. Las más conocidas y
relevantes son: Gonadotropina coriónica humana (hCG), la progesterona y el
lactógeno placentario humano (hPL).
- La
placenta es un órgano efímero, es decir que tiene una duración
determinada, esto es lo que dura el embarazo. Por eso a medida que se acerca
la fecha del parto es normal que la placenta comience a envejecer. A
través de la ecografía doppler se controlan las arterias
umbilicales para asegurarse de que el flujo de sangre y por ende los
nutrientes y el oxígeno están llegando adecuadamente al bebé. De esta
manera se puede comprobar que el bebé está recibiendo lo que necesita para
vivir en el útero a pesar de que el embarazo se esté prolongando y que la
placenta sigue cumpliendo su función a pesar de su envejecimiento.
- La
verticalidad y la estimulación del pezón- a través de la primera toma del
bebé-, así como el calor favorecen el alumbramiento de la placenta.
- La
placenta penetra en el útero materno por lo que en el momento de su salida
se produce una pérdida de sangre por los vasos sanguíneos maternos que
quedan abiertos en la zona donde la placenta estaba anclada. Para cerrar
esas salidas de sangre, el útero se contrae y reduce su tamaño para lo
cual es fundamental el contacto piel con piel con el bebé y su succión del
pecho pues estimula la producción de oxitocina y las consiguientes
contracciones de útero.
- La
salida de la placenta humana no es inmediata a la salida de la cría, como
ocurre en otras especies, si no que puede demorarse hasta una hora o más.
Publicado 22nd September 2013 por Parir Pariendo
HONRA A TU PLACENTA, VALÓRALA!

La placenta humana es el órgano intermediario entre la madre y su embrión durante todo el embarazo. Por tanto guarda información de mucho valor. Genéticamente, la placenta en todos los mamíferos, incluidos los seres humanos, tiene la finalidad de ser ingerida por la madre al ser alumbrada. Este comportamiento no es aprendido. Existe un gen, el Mest1/Peg3, que induce a las madres mamíferas a ingerir su placenta y a realizar los cuidados maternales a su descendencia. Este gen también existe en el genoma humano. Conociendo la composición nutricional de la placenta humana podemos entender su finalidad alimentícia, reguladora endocrina e inmunológica.
HONRA A TU PLACENTA, VALÓRALA!

La placenta humana es el órgano intermediario entre la madre y su embrión durante todo el embarazo. Por tanto guarda información de mucho valor. Genéticamente, la placenta en todos los mamíferos, incluidos los seres humanos, tiene la finalidad de ser ingerida por la madre al ser alumbrada. Este comportamiento no es aprendido. Existe un gen, el Mest1/Peg3, que induce a las madres mamíferas a ingerir su placenta y a realizar los cuidados maternales a su descendencia. Este gen también existe en el genoma humano. Conociendo la composición nutricional de la placenta humana podemos entender su finalidad alimentícia, reguladora endocrina e inmunológica.
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