viernes, 5 de febrero de 2016

GENTILEZA DE MUJERES SANANDO.


Todas tenemos magia,
todas somos magas y brujas.
Todas tenemos la capacidad 
de transformar este mundo,
aportando cada una nuestros dones,
únicos y especiales,
abrazando y llenando
todo lo que tocamos a nuestro paso,
con Amor.
Cuando dejemos de competir
y luchar entre nosotras,
cuando dejemos de envidiarnos,
cuando dejemos de tenernos miedo
la una a la otra,
de desconfiar de la otra
como si fuera nuestra enemiga,
cuando nos re-conozcamos
como joyas únicas y preciosas,
como espejos benditos
colocados perfecta y sincrónicamente
al frente nuestro
para ayudarnos a crecer,
para enseñarnos,
para ayudarnos a sanar,
para amarnos,
y reconocer que lo que una no tiene
la otra se lo da y viceversa,
con humildad, con aceptación,
con generosidad, con alegría,
como hermanas y compañeras del camino,
como chispas de Dios que todas somos,
en ese momento, el nuevo mundo habrá nacido.

jueves, 4 de febrero de 2016

Rituales y el Poder del Fuego Interno



Nuestra vida cotidiana está hecha de rituales. A través de las velas podemos crear rituales que impriman un determinado grupo de cualidades energéticas en ellas que nos ayuden al logro de nuestros objetivos.

El fuego TRANSMUTA, estalla y se enciende, consume y disuelbe toda imperfección humana: pasada, presente y futura.

Cuando realizamos un ritual, estamos creando un flujo de energía que se mueve siempre en el mismo sentido. Por lo tanto, cada vez que lo hacemos, la sintonización con nuestro propósito es inmediata, nuestra mente, nuestros sentidos y en si, todo nuestro ser está concentrado al 100% en el propósito que estamos trabajando y esto crea una movilización energética disparadora, que habitualmente no encontramos en nuestras acciones cotidianas

Ya sea para hacer una vela o para trabajar con una vela a nivel energético, esotérico o terapéutico, los resultados dependerán de nuestro ritual. No es lo mismo encender una vela, darnos la vuelta y dejarla quemar sola (aún estando preparada con elementos mágicos) que encender nuestra vela, centrarnos en nuestro propósito, visualizar, sentir, decir alguna oración o realizar alguna meditación y quemar inciensos mientras lo hacemos. En este último caso, nuestra energía está comprometida en su totalidad al propósito o tema que estamos trabajando, de alguna forma, estamos trabajando EN UNIDAD, con responsabilidad y compromiso y esto es tremendamente movilizador para el trabajo con velas y cualquier trabajo energético.

Las velas en sí no tienen ningún tipo de fuerza y poder por sí solas, sin nuestra intervención consciente, son un objeto inanimado sin poder.

Cuando encendemos una vela, se establece una correspondencia entre su luz y la luz interior de quien la prende, por lo tanto, el ritual será una manifestación de lo que llevamos dentro.

La vela es una extensión de nosotros mismos y proyecta nuestra luz. Al encender el Fuego Sagrado, encendemos el fuego en nuestros pensamientos y deseos más profundos, encendemos nuestra zona de Divinidad. El fuego simboliza entonces, nuestro FUEGO INTERNO.

El fuego entonces, transmuta nuestra negatividad interior para poder entonces proyectar nuestra Luz al exterior. Va quemando y transmutando por capas, en la medida en que se va transmutando lo negativo, la persona se va Iluminando internamente y esta Iluminación se convierte en su fuerza interior para transformar su realidad.
**texto tomado del blog: UN SÓLO SER

La luna y los rituales de las mujeres


AUTOBENDICIÓN

El ser humano debe aprender a conocer sus ciclos lunares que alimentan a la existencia, para elevar los pensamientos de nuestra vida cotidiana, poder aumentar nuestra frecuencia lunar es primero entender la importancia que tiene el trabajo del ser interno para que así nutramos todas nuestras generaciones del futuro. Así lo realizaron los guías lunares en la antigüedad. Alimentarnos de la energía lunar magnetiza nuestros pensamientos.

Los trabajos lunares requieren de una disciplina ceremonial, donde en cada luna llena liberamos energías que no nos corresponden. Así como tomar la energía que equilibra nuestros centros energéticos, que se alimentan de la energía sagrada.

Las grandes civilizaciones del pasado crearon pirámides y centros sagrados para adorar y hacer trabajos sagrados que despertarían la conciencia del ser interno.

Ahora en este tiempo debemos re-conocer los símbolos lunares, de las diferentes culturas del mundo como mayas, egipcios, incas y otras culturas de medio oriente, para que así unidos los sellos sagrados de oriente y occidente permitan el desarrollo sagrado de nuestra energía lunar bien canalizada.

Al elevar nuestra frecuencia vibratoria, debemos hacerlo con devoción, amor y así utilizar la energía para ayudar a sanar a otros niveles dimensionales importantes de la existencia.

Las mujeres que celebran la Diosa, participan de ella al mismo tempo que se encuentran en sintonía con la base diaria de los ciclos de la luna. El año está formado por trece meses lunares de veintinueve días y medio cada uno, medidos a partir de la noche de luna nueva.  El mes lunar tiene cuatro lunas con sus cuartos o fases, cuyo punto culminante es la luna llena, en el centro del ciclo.  La luna crece, aumenta su luz, al pasar de la luna nueva a la luna llena, y mengua o disminuye su luz, al pasar de luna llena para empezar otra vez la luna nueva.  Cada una de las fases dura aproximadamente una semana y el cuarto de luna llena comprende los tres días anteriores y los tres días posteriores al momento de su plenitud.  La luna es la diosa, visible, luminosa, bella, refulgente y serena en todas sus formas.  Es la doncella en fase creciente, es la Madre, cuando está llena, en su fase menguante es la vieja sabia, Hécate.


La Luna Nueva
Es una invitación para entrar en el misterio del laberinto, los  misterios de la iniciación.  Las mujeres danzan en lo oscuro sin miedo y sienten las profundidades personales con alegría y asombro.  En la luna nueva comienzan los cambios, se deja atrás lo viejo para comenzar un nuevo ciclo y quienes veneran a la Diosa, veneran a la diosa que llevan dentro, atreviéndose a mirar sus oscuridades, enfrentarlas y aceptarlas.  Podemos honrar a Innana, Kali, Oya, Cerridwen, diosas oscuras. Es el momento que coincide con nuestra menstruación y dejamos morir una parte nuestra, para dejar que nazca otra.

Luna Creciente
La Diosa es ahora una doncella, dulce y receptiva. Este es un buen momento para todo tipo de Rituales que nos permitan,  luego de haber aceptado las oscuridades, volver lentamente a la luz, incrementar nuestra belleza y dones, hacer crecer nuestros sueños y visiones internas, aumentar con ejercicios el caudal de energía y pedir a la Diosa lunar que nos permita ser unas mujeres creativas, con infinitas capacidades de ser torrentes de luz.

Esta luna es precisamente usada para el crecimiento y la maduración de nuestras ideas para potenciar así todos los aspectos de nuestra vida.  Este es un período de actividad relacionados con los aspectos hermosos de las doncellas como Perséfone, Artemisa, Oshun.  La limpieza, la pureza, la sensualidad, la belleza.

Luna Llena
La luna llena es la matrona, la Madre y la Amante, que acepta o rechaza los principios de la nueva vida. Es la mujer en plenitud de sus decisiones su fortaleza y su poder.   La Emperatriz y la Gran Sacerdotisa del Tarot, quienes son creadoras de sus propios caminos y laberinto lunar.   La Luna llena es fertilidad, nacimiento y abundancia en la magia tradicional, pero en la tradición de la Diosa, esto significa mucho más que el nacimiento tomado literalmente.

Este aspecto de la madre es quien conecta a las mujeres con la capacidad de tomar decisiones correctas. Se le conoce como la Luna de los deseos, es la Madre Generosa que nos provee de lo que necesitamos, luego de trabajar la visualización creativa, podemos estar listas para efectuar nuestras peticiones, no nos olvidemos del mandato de las MAGAS que es: Pide lo que desees, pero sin perjudicar, ni aprovecharte de nadie… Acá honramos a la Madre, Demeter, Yemanya, Isis.  Es muy útil trabajar en luna llena, los decretos del Yo Soy, Yo tengo...

Luna Menguante
Ella es la vieja Sabia, Hécate, Circe, Cerridwen, quien nos mueve suavemente hacia nuestra propia sombra. Es la oportunidad de enfrentarnos a nuestros miedos para dejarlos partir, es sumirnos en la profundidad misma que se nos viene con la Luna Nueva asumiendo nuestras debilidades, los aspectos a trabajar y liberarnos, dejándolos partir sin temor.   Es Hécate, la Madre generosa quien nos sostiene con su luz tenue, en este tránsito oscuro, ayudándonos a mirar el espejo del alma y trabajar los desapegos, dejar las adicciones y liberarnos de lo que ya no deseemos tener en nuestra vida.